Mario R Féliz, pensar en libertad
TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN EL AIRE
domingo, 13 de diciembre de 2020
¿EL PAPA ES COMUNISTA? ¿FASCISTA? ¿POPULISTA?
TAL VEZ PANCHO ES SIMPLEMENTE UN JESUITA. FIEL A LOS MANDATOS DE LA COMPAÑIA.
Voltaire, en su carta a Helvetius decía:"cuando hayamos eliminado a los jesuitas
habremos dado un gran paso adelante en nuestra lucha contra lo que detestamos."
Napoleón los describía: " Los jesuitas son una organización militar, no una
orden religiosa. Su jefe es el general de un ejército, no el mero abad de un
monasterio. Y el objetivo de esta organización es Poder en su más despótico
ejercicio, Poder absoluto universal, Poder para controlar al mundo bajo la
voluntad de un hombre (El Superior General de los Jesuitas). El Jesuitismo es el
más absoluto de los despotismos y, a la vez, el más grandioso y enorme de los
abusos."
QUIZÁS ESTOS RAZGOS LO APROXIMAN AL PERONISMO O AL SOCIALISMO POR
IGUAL. DESPUÉS DE TODO AMBOS BUSCAN EL PODER TOTALITARIO. El mismo Francisco
afirma que: "la Iglesia está llamada a comprometerse. No cabe el adagio de la
ilustración. La Iglesia debe meterse en la gran política."
Loris Zanatta, nos alerta: "Si dejáramos la llave del orden social al Papa o al que tiene su misma
visión, el orden social ideal sería una reducción jesuitica."
PARA RECORDAR QUE
ERA UNA REDUCCIÓN LO TENGO A Juan Bautista Ambrosetti quien a fines del Siglo
XIX recorre las Misiones y recuerda: "Ellos (los jesuitas) no fundaron pueblos,
¡no! Lo que hicieron fue construir suntuosas iglesias, inmensos colegios para
ellos, explotar los neófitos en un trabajo incesante, transformarlos en máquinas
que funcionanaban a toque de campana, tratar de que comieran bien, que bailaran
y que rezaran mucho, sin inculcarles ni despertarles ninguno de los sentimientos
que transforman a la bestia en hombre."
TAL VEZ PANCHO SOLO QUIERE ESO, BESTIAS
SUMISAS Y DEVOTAS.
TERMINO CON LOS DICHOS DE UN DISCIPULO DE LA COMPAÑIA SEGÚN
NOS CUENTA Aldous Huxley: "Aprendí mucho de la orden de los jesuitas. Hasta
ahora, nunca ha existido en la tierra nada más grandioso que la organización
jerárquica de la Iglesia Católica. Yo transferí a mi partido mucho de esta
organización." A.Hitler. EN DEFINITIVA NI FASCISTA NI COMUNISTA, APENAS UN FIEL
JESUITA
domingo, 18 de octubre de 2015
CAMBIO DE CLIMA - EPISODIO III - INUNDACIONES Y SEQUIAS
INUNDACIONES Y
SEQUÌAS
Mi adversario es el Cambio Climático.
Agosto 2015, Daniel Scioli[1]
Pero el iba tan puesto en que eran
gigantes, que ni oía
las
voces de su escudero Sancho ni echaba a ver, aunque
estaba ya
bien cerca, lo que eran, antes, iba diciendo
en voces
altas: -No fuyades, cobardes y viles criaturas,
que un solo caballero es el que os acomete.
Enero 1605, Miguel Cervantes Savedra[2]
¿Calentamiento global?
En julio de 1833 Darwin desciende
del Beagle, en Patagones, y viaja a caballo hasta Buenos Aires. Allí llama
especialmente su atención el matadero de la ciudad, circunstancia que registra,
con detalle, en su cuaderno de viajes.
“Uno
de los espectáculos más curiosos de Buenos Aires es el gran corral donde se
guardan, antes de darles muerte, los animales que han de servir para el
aprovisionamiento de la ciudad…”
Sin
embargo, para la presente historia, resultan más interesantes sus anotaciones
sobre el clima del lugar.
“Durante
mi viaje me refirieron en términos exagerados cuáles habían sido los efectos de
la última gran sequía. Estos relatos pueden dar alguna luz acerca de los casos
en que gran número de animales de todas clases han sido hallados juntos debajo
de la tierra. Llámase la gran seca el
período comprendido entre los años 1827 y 1832. Durante ese tiempo cayó tan
poca lluvia, que desapareció la vegetación y los mismos cardos dejaron de
brotar. Secáronse los arroyos y el país entero tomo el aspecto de un camino polvoriento.
Esa sequía se hizo sentir sobre todo en la parte septentrional de la provincia
de Buenos Aires y en la parte meridional de la provincia de Santa Fe.[3]”
En los días que corren
políticos y funcionarios acusan, en forma recurrente, al Cambio Climático de
ser culpable por la supuesta excepcionalidad de las lluvias recientes. En
realidad buscan atenuar su responsabilidad frente a las consecuencias de las
inundaciones que aquellas producen en zonas urbanas y/o rurales de Buenos Aires.
No creo que alguno de ellos sepa muy bien de que se trata el tan mentado cambio
de clima y, a pesar de estudios y planes existentes, cuales son las obras que deberían llevarse a cabo para
amortiguar los efectos producidos por eventuales excesos de lluvias. Veamos si
es posible sintetizar en unas pocas páginas que es lo que yace detrás del
aludido “Cambio Climático”.
Hace algo más de 20 años una
organización creada por la ONU[4], el IPCC[5], produjo su primer informe
en el cual se afirmaba que la “temperatura global” estaba aumentando debido al
crecimiento de la concentración del dióxido de carbono (CO2) en la
atmósfera, provocado por el uso humano de combustibles fòsiles (carbón,
petróleo, gas, etc).
Este gas produciría el
denominado “efecto invernadero”, causando el CALENTAMIENTO GLOBAL (GLOBAL
WARMING) cuyos efectos serían catastróficos para el planeta.
El análisis del supuesto mecanismo de ese
efecto lo dejamos para un futuro Episodio. En este punto no es necesario
hacerlo y será suficiente con mostrar un par de datos que hablan con elocuencia
de que la teoría de marras es apenas una hipótesis no probada.
El gráfico precedente
(fig.1) muestra como ha crecido la concentración de CO2 atmosférico,
según las mediciones realizadas por la NOAA[6] en el volcán Mauna Loa (Hawai).
En el período representado, la concentración de dióxido de carbono pasa de 300
a 400 partes por millón. Simultáneamente, se determinó la “temperatura global” la
cual, durante algunos años, parecía crecer siguiendo el incremento de CO2.
Sin embargo, hubo un momento en que aquella dejó de aumentar a pesar de que el
CO2 siguiera creciendo.
En el gráfico que sigue[7] (fig.2), construido con
datos satelitales, puede observarse la variación de temperatura. En realidad,
en él se representa, como es usual, el apartamiento de la “temperatura global”
de un elegido valor promedio.
Lo
que aquí se observa es que la temperatura, a partir del año 1998, se mantiene
prácticamente constante[8], mostrando las
oscilaciones típicas de fenómenos climáticos. Es decir, que hace casi 18 años
que la “temperatura global” no aumenta. En
consecuencia, ya no se podía hablar de CALENTAMIENTO GLOBAL y el IPCC cambió su
lenguaje comunicacional refiriéndose, desde entonces, a un indefinido CAMBIO
CLIMÀTICO.
Aunque resulta sin sentido hablar de clima o
temperatura global, es obvio que cualquier variación climática observada en los
últimas décadas no puede ser atribuída al “efecto invernadero”[9] (y su consecuente aumento
de temperatura) producido por el CO2.
En la actualidad, algunos
“científicos” se abocan a la búsqueda de una explicación para el misterio del calor perdido que supone la
constancia de la temperatura. Tal
vez, lo correcto sería revisar la hipótesis del “efecto invernadero” causado
por el dióxido de carbono.
Desde
luego que citar ese “Cambio Climático” para justificar el exceso o deficiencia
de lluvias en la región pampeana es, también, un sin sentido.
La
Pequeña Edad de Hielo
En el Episodio II contamos como el clima
depende de los parámetros orbitales (relación tierra/sol)[10], tanto que la temperatura
puede cambiar decenas de grados entre verano e invierno. Allí, también aludimos
al hecho de que estos parámetros explican la aparición de los períodos
glaciales (cuatro en los últimos 500.000 años).
A esos efectos orbitales hay
que agregar la actividad solar, es decir, las “explosiones solares” que aparecen como
manchas oscuras sobre la superficie del sol[11]. Durante tales episodios
se proyecta hacia el espacio materia (plasma) en forma de viento solar que
interfiere con el campo magnético terrestre y al mismo tiempo lo hace con los
rayos cósmicos, desviándolos hacia los polos.
Los rayos cósmicos producen
en las capas bajas de la troposfera partículas cargadas que funcionan como
núcleos que inducen la formación de gotas de agua aumentando la nubosidad que,
a su vez, disminuye la cantidad de radiación solar que alcanza la superficie
terrestre y la temperatura desciende. Si los rayos cósmicos son desviados hacia
los polos la nubosidad es menor y la temperatura superficial aumenta[12]. Es decir una gran
actividad solar implica un aumento de la temperatura y una baja actividad solar
conduce a un enfriamiento. La variación de las explosiones solares es cíclica
alcanzando máximos y mínimos periódicamente[13]. El último mínimo en la
actividad solar se produjo aproximadamente entre el 1350 y el 1850 y que dio
lugar a la Pequeña Edad de Hielo (PEH).
Vale aclarar que en la fig.3
se observa que el número de manchas solares oscila con ciclos de 11 años y que,
además, hay otro cambio, centenario, donde el máximo de los ciclos cortos se
hace cada vez menor. Esta disminución conduciría a una nueva Pequeña Edad de
Hielo.
Como se ve estaríamos
entrando en otra era fría. Si, además, recordamos que, al mismo tiempo, estamos
llegando al fin del presente período interglacial,[14] y asumiendo que la
historia se repite, deberíamos esperar que nuestro futuro no sea el de un
planeta ardiente, como se anuncia, sino todo lo contrario.
Pero, en realidad, hoy mi interés pasa por ver
cómo, aquella Pequeña Edad de Hielo, pudo influir en el clima de las pampas
bonaerenses y como podría, el nuevo enfriamiento, afectarlo en los años por
venir.
Para no perder el rumbo es
necesario recordar el Episodio II, allí vimos que es la diferencia de
temperaturas (presiònes) entre los polos y el ecuador la que hace que masas de
aire polar frio (MPH)[15], de alta presión, migren
hacia latitudes menores, donde predominan las bajas presiones, dando origen a
la circulación atmosférica. La rotación terrestre causa que los vientos
(desplazamiento de aire) no se produzcan en línea recta. Además las masas de
aire frio, por su mayor densidad, viajan sobre la superficie, a baja altura (no
más de 2000 m), y en consecuencia la orografía (por ejemplo: la cordillera de
los Andes) es también un factor determinante en el clima. Estos MPH son los
causantes de los centros de alta presión (anticlones) que originan los vientos
predominantes en cada región[16]. El clima de nuestro país
está dominado por el Anticiclón de Isla de Pascua, en el Pacìfico, y el de
Santa Helena, en el Atlántico[17]. Los vientos se dirigen
desde estos centros de alta presión hacia zonas de baja presión (centros
ciclónicos). Como los centros ciclónicos y anticiclónicos varían su ubicación
podemos tener vientos provenientes de diferentes direcciones en la pampa
bonaerense (ver fig.4). Además, debido a la barrera que imponen los Andes a los
vientos originados en el Pacífico Sur, es el anticiclón del Atlántico Sur, con
sus vientos del este, el que aporta la
mayor parte de las precipitaciones en la zona pampeana. Estas
precipitaciones disminuyen gradualmente desde el noreste hacia el sudoeste[18].
En el hemisferio sur las
masas de aire frío provienen de la Antártida. Efectivamente, cada hemisferio
tiene su propio sistema. No obstante, ello no es óbice para que, en ocasiones,
uno influya sobre el otro como veremos más adelante.
Casi
al mismo tiempo en que Darwin se sorprendía con el matadero de Buenos Aires
y recordaba la gran seca, Echeverría, en
su obra El Matadero, recuerda las grandes lluvias que pusieron fin a aquella
memorable sequía.
“Diré
solamente que los sucesos de mi narración pasaban por los años de Cristo de
183…
Sucedió, pues, en aquel tiempo, una
lluvia muy copiosa. Los caminos se anegaron; los pantanos se pusieron a nado y
las calles de entrada y salida a la ciudad rebosaban en acuoso barro. Una
tremenda avenida se precipitó de repente por el Riachuelo de Barracas, y
extendió majestuosamente sus turbias aguas hasta el pie de las barrancas del
Alto. El Plata, creciendo embravecido, empujó esa aguas que venían buscando su
cauce y las hizo correr hinchadas por sobre campos, terraplenes, arboledas,
caseríos, y extenderse como un lago inmenso por todas las bajas tierras. La
ciudad, circunvalada del norte al este por todas las bajas tierras. La ciudad,
circunvalada del norte al este por una cintura de agua y barro, y al sur por un
piélago blanquecino en cuya superficie flotaban a la ventura algunos
barquichuelos y negreaban las chimeneas y las copas de los árboles, echaba
desde sus torres y barrancas atónitas miradas al horizonte como implorando
misericordia al Altísimo. Parecía el amago de un nuevo diluvio.”
En el hemisferio norte la existencia
de la PEH ha sido verificada a través de estudios geológicos sobre el avance y
retroceso de los glaciares en Europa y el norte de América[19].
Tales
evidencias han sido
ampliamente completadas por estudios que muestran como el clima afectó la historia
de Europa entre 1300 y 1850.[20]
En
América del Sur, aunque los datos son relativamente escasos[21]
, existen
diversos estudios sobre algunos glaciares desde el sur de la Patagonia
hasta
los Andes Bolivianos, que muestran su fluctuación (avances y retrocesos)
durante la PEH[22].
Por otra parte, sobre como afectó la PEH
el clima de la región pampeana tenemos una investigaciòn[23]
de
los sedimentos de lagunas de la provincia de Buenos Aires cuyos resultados
indican que la PEH habrìa sido un período relativamente seco
tanto
en la pampa húmeda (Chascomús) como en la pampa seca (Laguna del Monte-Guaminí).
Esta
percepción es ratificada por investigaciones que usan restos fósiles de
mamíferos como indicadores de cambio ambiental. Tales registros son comparados
con otras fuentes de información paleo-ambiental resultando que, la mayoría de
los indicadores climáticos, muestran que
el clima en la región pampeana fue mayormente árido desde finales del
Pleistoceno hasta tiempos recientes[24]
.
No
obstante, es la información histórica la que nos brinda mayores precisiones sobre la evolución del clima pampeano durante
la Pequeña Edad de Hielo. Efectivamente, el análisis de los datos provistos por
fuentes històricas[25] permite precisar que
durante 268 años, que terminan en 1842, hubo 98 años de sequías (36%) y 15 años
de inundaciones(5%), sobre el total de años “normales”, es decir aquellos sobre
los que no hay referencias especiales respecto a ambos eventos. En tanto que, a
partir de 1842 y durante los siguientes 155 años, hubo apenas 16 años de sequías (10%) y 39 años de inundaciones (25%), sobre
el total de años “normales”. Se corrobora entonces, que a lo largo de la PEH
predominó el clima seco en toda la región pampeana donde campeaban las dunas de
arena y los campos de loes. Por lo
tanto, las alusiones a la Conquista del Desierto durante el siglo XIX, no son
para nada infundadas.
En la figura 5 se representa
la temperatura global de los últimos 4500 años. Aunque el gráfico es
semi-cuantitativo la existencia de estos períodos cálidos y fríos ha sido
ratificada por numerosos estudios paleo-climáticos realizados en el hemisferio
norte y por algunos en el hemisferio sur[26].
Lo visto hasta el momento
nos permite decir, sintetizando, que han existido y existen cambios de clima
que abarcan miles de años (ver Episodio II) y otros que se despliegan en el
rango de los cientos de años (fig.5). No obstante, éste no es el fin de la
historia y veremos que también hay oscilaciones climáticas más cortas (años y
décadas), sin olvidar, claro, los acostumbrados cambios de estación que se
producen todos los años.
Siempre
que llovió paró
El
año de 1857 fue muy lluvioso y la gran cuenca baja del rió Salado formaba parte
del mar sin solución de continuidad. Pueblos como Dolores o Chascomùs estaban
aislados haciendo muy difícil entrar o salir de ellos. Una pequeña compañía
naviera de Buenos Aires presentò un proyecto para llegar hasta ellos navegando.
Buenos Aires, gobernada por Valentin Alsina, aún no
formaba parte de la Confederación, las guerras civiles dominaban la política
nacional y provincial. A pesar de ello, ese año se inauguraba el primer
ferrocarril mostrando un espíritu emprendedor que durarìa hasta principios del
siglo XX. Asi que, a pesar de las dificultades políticas y económicas, no era
extraño que a alguno se le ocurriera navegar la pampa deprimida en un barco a
vapor, al mismo tiempo que La Porteña recorría, arrastrando sus vagones, los 10
kilómetros que separaban la plaza Libertad del pueblo de la Floresta.
El vapor Rio Salado del Sur, gracias a la fuerza de sus
dos ruedas con paletas y después de 6 dias de dificultades, llegó a la laguna
de Chascomús. Allí el Juez de Paz y el Sr.Cura, seguidos indistintamente por
todas las clases y sexos de este vecindario se agruparon al punto del
fondeadero. En tanto, las azoteas y las arboledas se hallaban apiñadas de un
inmenso gentío aplaudiendo con vivas la sorpresa de lo que jamás se ha visto en
esta laguna. El pueblo se embanderó, siguiéndose de un prolongado repique de
campanas.[27]
Ese fué el último viaje. Hubieron varios factores en
contra del proyecto, pero probablemente, la sequía de los meses posteriores
haya sido la causa del final del sueño.
¿O no es un sueño hacer
del rio Salado una vía navegable?
Los
climatologistas[28]
describen más de media docena de fenómenos climáticos oscilatorios en varias
regiones del globo. Entre los más conocidos por nosotros, por su influencia en
las condiciones climáticas locales, se encuentra la Oscilaciòn del Pacifico Sur
(SO), asociada al fenómeno del Niño por lo cual se la denomina ENSO (El
Niño-Southpacific Oscilaciòn). A pesar de ello comentaremos primero sobre la
Oscilación del Pacìfico Norte (NPO) vinculada con la Oscilación Decádica del
Pacìfico-norte (PDO)[29]. Generalmente se habla de
ellas como el fenómeno NPO/PDO. Usaremos, por simplicidad, sólo los datos
referidos a la PDO. Existe una gran similitud entre los comportamientos del
océano de la región norte y sur del Pacífico. Es decir la PDO también cambia
entre dos modos, uno cálido y otro frío (como el Niño y la Niña). En la figura
6[30] se representa el índice
PDO. Éste se calcula comparando las temperaturas de la región del Pacífico
Norte involucrada, cuando el índice es positivo (rojo) implica que hay un
aumento de la temperatura y cuando es negativo (azul) una disminución.
En este gráfico se resalta un momento donde
se produce el denominado Great Pacific
Climatic Shift. En ese momento se pasa de un período da bajas temperaturas
a uno de temperaturas más altas. En la figura 7 (ref.19) se representa la
temperatura media anual y allí se nota claramente el cambio de régimen.
Don
Easterbrook (ref.19) basado en un gráfico similar al de la fig. 6[31] nos informa que durante
el último siglo hubo dos períodos fríos (1880-1915 y 1945-1977) y dos perí odos cálidos (1915-1945 y 1977-1998). Es
interesante recordar que durante el segundo período frio –el más intenso-, de
la década del 70, algunos científicos
daban la voz de alarma. La revista TIME se hacía eco de aquella preocupaciòn y
en su su tapa se preguntaba: How to Survive the Coming Ice Age?
En
la figura 8 se muestra el crecimiento de la concentración atmosférica del CO2
(similar a fig.1) y se destacan en azul o rojo los años fríos y cálidos. Allí
se puede ver con claridad que no hay ningún cambio a lo largo del Great Pacific Climatic Shift que permita
decir que el súbito cambio de temperatura se deba al dióxido de carbono. Una
evidencia más de la inconsistencia de la hipótesis del Calentamiento Global
causado por el efecto invernadero
debido a ese gas.
Algunos
estudios locales sobre precipitaciones en la región central de Argentina
muestran una variación periódica de las lluvias[32]. En la figura 9 puede verse
que alrededor de 1975, después de un período de déficit de lluvias, se inicia
una etapa húmeda que se hallaría próxima a su fin. Los próximos años, en
consecuencia, las precipitaciones se reducirían, instalándose un período seco.
Es
conveniente tener en cuenta que un aumento de temperatura por si sólo no es
causa del incremento de lluvias. La pluviogénesis requiere de varias
condiciones y no existe una relación directa que implique que a mayor
temperatura habrá más lluvias.
Ese
comportamiento de las lluvias en el Sudoeste Bonaerense no parece ser una
particularidad de la región. En la figura 10 el Servicio Meteorológico Nacional
presenta la deficiencia o exceso de agua en la Argentina durante los últimos 53
años. Allí puede observarse que entre los años 1974 y 2003 las lluvias
estuvieron por encima de un valor de referencia. Antes y después de ese
intervalo, las lluvias fueron menores, un comportamiento similar al observado
en la figura 9.
Mirando, un vez más, la figura 1 tenemos que
concluir que esa variación en las lluvias nada tiene que ver con la variación
de la concentración de CO2 atmosférico. Por lo tanto, las alusiones,
por parte de nuestros políticos y/o científicos,
al Cambio Climàtico (en realidad al Calentamiento Global) para justificar y/o
explicar las inundaciones en la región central argentina carecen de
fundamentos.
El
Niño ha nacido
Dentro
del relato sobre el tema aparece El Niño-Oscilaciòn del Pacifico Sur (ENSO es
su acrónimo en inglés) como un protagonista del clima global. Así que, cada vez con mayor frecuencia, la prensa nos
advierte sobre los efectos del fenómeno ENSO, de sus alcances y consecuencias. Sin
embargo, para nosotros, simples ciudadanos el asunto está rodeado de misterio.
Este Niño ha adquirido fama
notable por estas pampas y su popularidad se debe a la importancia que parece
tener para la producción agropecuaria por su aparente vinculación con algunos
excesos de lluvias e inundaciones. En el
ámbito académico el fenómeno ha despertado gran interés y es objeto de
numerosos estudios, a pesar de lo cual algunos aspectos de sus causas
permanecen sin aclarar.
Ha
sido en el este del Pacífico donde ese fenómeno marino fuera observado por
primera vez. El término El Niño se refería, originalmente, a una débil y cálida
corriente oceánica dirigida hacia el sur y que se desarrollaba anualmente a lo
largo de la costa del sur de Ecuador y el norte de Perú, durante la época de
Navidad.
La
corriente fría de Humbolt (o del Perú) se desplaza en dirección norte, primero
siguiendo la costa de Chile y luego las costas de Perú y Ecuador. Esta
corriente produce un ascenso de aguas frías hasta la superficie. Cada año, una
débil corriente costera fluye hacia el sur aprovechando la debilidad de la
corriente de Humbold durante el verano. El agua cálida proveniente del norte,
se extiende a partir de la Contra Corriente Ecuatorial (Figura 11) y
temporariamente reemplazan el agua fría ascendida por la corriente fría.
Cada tanto, la corriente del
Niño avanza más hacia el sur y, cuando ello ocurre produce escasez de plancton,
los peces disminuyen, detrás de ellos también decrecen las aves que se
alimentan de estos y los pescadores ven menguada su producción. No obstante,
los agricultores se ven beneficiados por las lluvias que acompañan estos
cambios.
Como
puede apreciarse en la figura 12, normalmente, los vientos alisios (trade
winds) soplan fuertes hacia el oeste acompañando las corrientes ecuatoriales
del norte y del sur. Mientras tanto, la contra corriente ecuatorial es débil.
Este comportamiento contribuye a mantener fría las aguas superficiales de la
costa este del Pacìfico y a acumular aguas càlidas al norte de Australia. En la
figura 12 se puede ver, además, que sobre el oeste hay una regiòn de baja
presión y hacia el este de presión más alta. Esta diferencia de presión
favorece los vientos alisios.
Cuando se instala el verano
en el hemisferio sur, al predominio de la corriente de El Niño, se agrega un
aumento en la presión atmosférica en la zona oeste del Pacìfico
(Darwin-Australia) y una disminución en el este (Tahiti). Este nuevo gradiente
de presión debilita los vientos alisios y fortalece la Contra Corriente
Ecuatorial aumentando la temperatura del agua superficial en el lado este y
ampliando la zona de aguas càlidas (warm water).
Se ha señalado[33] que -durante El Niño-
Darwin y Tahiti, que se encuentran por encima y por debajo del ecuador, están
bajo la dinámica invernal del hemisferio norte y la dinámica del verano austral,
respectivamente. Esto implica que no hay vinculación física entre ellos.
Efectivamente, cada uno se halla bajo la influencia de la dinámica
meteorológica del hemisferio al que pertenece.[34]
Ese
cambio en las presiones, que ocurre periódicamente, es la denominada Oscilación
del Pacífico Sur (SO) y da lugar a la denominación de ENSO para el fenómeno
descripto.
En
la figura 14 puede verse como se distribuían las aguas cálidas del Pacífico ecuatorial
durante el ENSO de 1998.(más rojo más cálidas). En este caso la temperatura más
alta superaba en alrededor de 40C los valores de las épocas
normales.
El
cambio en las corrientes oceánicas no tiene nada de misterioso, no obstante, la
causa del cambio de presiones no está aclarada adecuadamente.
Normalmente,
las lluvias coinciden con la presencia de aguas cálidas, por lo tanto, no es
sorprendente que las lluvias que suelen acompañar al El Niño sean atribuidas al
aumento de la temperatura del mar. Sin embargo, no es condición suficiente. Es
bien conocido[35]
que la pluviogénesis requiere de varios factores: el potencial precipitable, la
transferencia de vapor de agua, la convección ascendente y una estructura de la
troposfera que no impida el desarrollo vertical de nubes.
El
Niño, como hemos visto es un fenómeno local, más allá de la influencia de la
Oscilación del Pacífico Sur (SO). Sin embargo, el fenómeno ha adquirido el
prestigio de Super Niño con impacto
en el clima de todo el mundo. En realidad, el ENSO es, por un lado, una
consecuencia de la dinámica debilitada del hemisferio sur durante el verano
austral. Pero, es incuestionable[36] que los episodios del El
Niño en el Pacífico Este son fenómenos que pertenecen al espacio aerológico del Pacífico Norte, están controlados por la fuerza de los MPH árticos y por los
alisios del Norte (trade winds) reforzados que empujan el ecuador meteorológico
(Ver en la figura 15a el desplazamiento de la ITCZ[37]) hacia el sur.
Hacia
el este de la barrera formada por los Andes, en la cuenca amazónica, la línea
superficial del ecuador meteorológico es corrida hacia el sur de la foresta y
alcanza el borde norte de la depresión del Gran Chaco. Aquì el monsón amazónico
es empujado hacia el sur por MPHs y los alisios del norte y, a su vez, atraído
por la baja termal que se profundiza sobre el continente al sur de la selva. Al
mismo tiempo, hacia el oeste de los Andes, sobre el Pacífico Sur a la altura de
Perù, los MPHs del sur soportados por la cadena andina mantienen el ecuador
meteorológico en su posición invernal, cerca del ecuador (fig.15). Finalmente, ese
corrimiento hacia el sur de la ITCZ, en el Amazonas, es la causa del aumento de
lluvias en nuestro país (fig.16).
El
fenómeno de El Niño se ha observado durante los años: 1972-1973, 1982-1983,
1997-1998 y 2002-2003. Es decir que el intervalo que los separa varía entre 4 y
12 años. Sin embargo, en la región pampeana hemos tenido lluvias excesivas
también en años sin El Niño (1978, 1980, etc).
“La sequìa que azota desde finales
del año 2008 a las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Entre Rios,
Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa adquiere características alarmantes.
Provocada
por la escasa cantidad de precipitaciones, en zonas donde éstas son frecuentes
la sequìa arrasa con todo, atentando contra el equilibrio natural, poniendo en
riesgo la flora, fauna, actividad productiva y la calidad de vida de quienes
habitan las zonas afectadas”[38].
“Por la sequìa, más de 150 personas se reunieron para compartir una actividad
inusual: cruzar la laguna de Chascomús a pie”[39]
La laguna que alguna vez fuera cruzada por un barco a vapor.
Tres
años más tarde, se recordarìa que durante la campaña 2008/2009 se habían
perdido 35,4 millones de toneladas de grano mientras se comentaba: “Lejos de
aflojar, la sequìa que afecta los cultivos de maíz y soja en la pampa húmeda
aprieta cada vez más y ya casi tan dura como la del ciclo agrícola 2008/2009”[40]
Ameghino, a fines del siglo
XIX, escribia: “Las secas y las inundaciones constituyen un mismo
problema…adquirí la convicción de que todo esfuerzo y todo trabajo que tendiera
a evitar uno de esos males sin tomar en cuenta el otro ocasionaría
probablemente más perjuicio que beneficio.”[41]
Desde entonces, se han
realizado diversos trabajos de canalización sin considerar obras para el manejo
de aguas pensando en las sequías. En el año 2007, finalmente, se elabora un Plan
Maestro para la cuenca del Salado pensando solamente en el control de las
inundaciones olvidándose, una vez más, de las secas que, como hemos visto son
usualmente más frecuentes. A pesar de las limitaciones del Plan Maestro apenas
se han hecho algunas obras y hoy se encuentra paralizado.
Según la información
disponible esta temporada, el ENSO que está en pleno desarrollo y que de
acuerdo con lo que hemos visto debería alcanzar su máximo potencial en los
próximos meses, tendría una gran intensidad. Si así fuera, es posible que
durante el verano tengamos lluvias intensas. No obstante, es posible que dentro
de la siguiente década entremos en un período seco y las inundaciones sean más
esporádicas. Es probable, entonces, que nos olvidemos de ellas y Plan Maestro
nunca termine de ejecutarse.
Veremos otra vez, como buena
parte de la enorme planicie de tierras inundables (fig.17) vuelve a convertir
en un desierto como aquel donde: “Ni un árbol, ni un indio, ni una
miserable charca en los campos, cada vez más altos, más arenosos y de
vegetación triste y amarillenta. En cambio, brillaba un sol de enero en clima
mediterráneo, las arenas reverberaban como una hoguera, los semblantes
amoratados, las gargantas irritadas y los caballos profundamente chupados.”[42]
CONTINUARÁ…
BIBLIOGRAFÍA
[1]Gobernador
de la Provincia de Bs.As 2007-2015
[2]
Autor del El Quijote.
[3]
VIAJE DE UN NATURALISTA ALREDEDOR DEL MUNDO, Charles Darwin
[4]
Organización de las Naciones Unidas (ONU)
[5] Intergovernmental Panel on
Climate Change (IPCC)
[6] NOAA, National Oceanic and
Atmospheric Administration (USA)
[7]
Autor del gráfico: Roy W Spencer, University of Alabama- ex NASA
[8] Mistery of missing heat,
Science, 170 (2006)213
[9]
Sobre el “efecto invernadero” hablaremos en un futuro Episodio.
[10]http://profefeliz.blogspot.com.ar/2014/06/cambio-de-clima-episodio-ii.html
[11] http://profefeliz.blogspot.com.ar/2011/11/amenaza-nuclear-fision-y-ficcion.html
.En este articulo se habla sobre la
actividad solar, los rayos cósmicos, etc
[12] COSMIC
RAYS AND EARTH’S CLIMATE, Henrik
Svensmak, Space Science Reviews 93: 155–166, 2000. Hay también un
pequeño (0.1%) aumento de la radiación UV.
[13]
Ver el Laboratorio Solar de la NASA, http://solarscience.msfc.nasa.gov/
[14] Ver ref. 10
[15] GLOBAL WARMING, The Erring Ways of
Climatology. El autor es Marcel Leroux, meteorólogo francés. Es el
creador del concepto de Mobil Polar High (MPH) que se refiere a las masas de
aire polar de alta presión que se desplazan desde los polos hacia el ecuador.
[16] Ver ref.15
[17] Predominance of arid cliamates
indicated by mammals in the pampas of Argentina during the Late Pleistocene and
Holocene. E.P.Tonni, A.L.Cione, A.J.Figini. Paleogeography, Paleoclimatology,
Paleoecology 147(1999) 257-281
[18] Ref.17
[19] a) Evidence-Based Climate
Science by Don Easterbrook. Ed. Elsevier, 2011. b) Mid- to Late Holocene
Cliamate Change: an overview. Heinz
Waner et al. Quaternary Science Review,27(2008) 1791-1828.
[20]
a)La Pequeña Edad de Hielo de Brian Fagan, Ed. Gedisa, 2000. b) Cliamate, History and the
Modern World by H.H. Lamb. Second Edition by Routledge, 1995.
[21]
El Registro de la PEH en Lagunas Pampeanas por C.Laprida, M.J.Orgeira y
N.Garcia Chapori. Rev
Asoc.Geol. Argent. 65(4)[2009] 603-611.
[22] a) Little Ice Age fluctuations of
small glaciers in the Monte Fitz Roy and Lago del Desierto areas, south Patagonian
Andes, Argentina por M.H. Masiokas et al. Paleogeography, Paleoclimatology,
Palaeocology, 281 [2009] 351-362. b) Historical records of San Rafael glacier
advances (North Patagonian Icefield): another clue to “Little Ice Age” timing
in southern Chile? A. Araneda et al. c) The Little Ice Age glacier advance in
the Central Andes (350S), Argentina by L.E. Espizua et al. Paleogeography, Palaeoclimatology,
Palaeoecology 281[2009]345-350. d) Dating of Little Ice Age glacier
fluctuations in the tropical Andes: Charquini glaciers, Bolivia, 160S
by A. Rabatel et al. External Geophysics, Cliamate and Environment
(Glaciology). C.R.Geoscience 337[2005]1311-1322. e) Glacier fluctuations in
extratropical South America during the pasta 1000 years by M.H Masiokas et al. Palaeogeography,
Palaeoclimatology, Palaeoecology 381[2009]242-268.
[23] Ver ref.20
[24] Predominance of arid climates
indicated by mammals in the pampas of Argentina during the Late Pleistocene and
Holocene by E.P. Tonny et al. Paleogegraphy, Paleoclimatology,
Palaeoecology. 147[1999]257-281
[25]
Cambio climático en la pampa bonaerense: las precipitaciones desde los siglos
XVIII al XX por J.R.Deschamps, O.Otero y E.P.Tonni. Documento de Trabajo 109 de
la Universidad de Belgrano.
[26] a) An ikaite record of late Holocene
climate at the Antartic Peninsula por Zunli lu et all. Earth and Planetary
Science Letter 325-326[2012]108-115. b) Unstable Climate Oscillations during
the Late Holocene in the Eastern Bransfield Basin, Antartic Peninsula por
OO-Keun Khim et all. Quaternary Research 58[2002]234-245. c) Tree-Ring and
Glacial Evidence for the Medieval Warm Epoch and the Little Ice Age in Southern
South Amerìca. Además de la ref.17.
[27]
a)Biografía del Salado de Carlos Moncaut, La Plata 1970. b) Viaje del vapor Rio
Salado del Sur de Bs.As a Chascomús de Carlos Moncaut, La Plata, 1957.
[28] The Global Climate System,
Patterns, Processes and Teleconections by Howard A. Bridgman and John E.
Oliver. Cambridge, University Press 2006.
[29]
Ver ref.19
[30]
Figura 6 se obtuvo del Profesor Roy Spencer, http://www.drroyspencer.com/
[31]
Los datos usado para construir las fig. 6 y 7 fueron obtenidos de la NOAA (National Oceanic and
Atmospheric Administration), USA.
[32]
Influencia Climàtica en el Sudoeste Bonaerense y Sudeste de la Pampa, por
Adolfo Gave, Acaecer 31(360)[2006]18-23.
[33]
Profesor Marcel Leroux, Directo del Laboratorio de Climatologìa y Riesgos
Naturales, Ambiente. Universidad Jean Moulin, Francia.
[34]
Para estudiar el SO sería mejor tomar las presiones sobre la Isla de Pascua ya que Tahiti, muy
cerca del ecuador, tiene una doble influencia.
[35] Ver ref.15
[36] World Meteorological Organization
(1993 to 2004) WMO statement on the status of the global climate in…
[37] Zona
de Convergencia Intertropical (ITCZ acrónimo en inglés)Ver Episodio II en www.profefeliz.blogspot.com
[38]
Informe: Sequia Històrica publicado por el Sindicato de Obras Sanitarias de la
Prov.Bs.As.
[39]
Infobae, 11/03/2009
[40]
La Nacion, 30/12/2011
[41]
Las Secas y las Inundaciones en la Prov. de Bs.As, por Florentino Ameghino,
1884.
[42]
Callvucurá, Paine, Relmu. Por Estanislao S. Zeballos. Hachette.
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